Asertividad, reflejo de una sana autoestima.

Las personas con comportamientos agresivos actúan habitualmente de modo arrollador e intentan imponerse a los demás. Pretenden manejar al otr@ con amenazas. Tienden a hacerse poco responsables de sus errores y a enfocarse en lo que los otros hacen mal. Sus actitudes despiertan en sus relaciones inhibición, temor y rechazo, convirtiendo en ley “la mejor defensa es un buen ataque”.

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