Cuando dos personas deciden formar una familia, es decir, deciden vivir juntos, cada uno va a aportar un porcentaje importante de tradiciones, reglas, creencias, valores, ritos y costumbres de sus familias de origen, dando así vida a una nueva familia. Hasta aquí todo bien, la dificultad entonces que pudiera aparecer es que cuando uno, o peor aún, ambos miembros de esta nueva familia, trata de imponer sus costumbres por sobre las de su pareja, sin respetarla. Surgen así los primeros problemas de comunicación en esta nueva familia en etapas muy tempranas, y por lo general este suele ser uno de los motivo de consulta a nivel individual o de pareja. Personas que llevan poco tiempo viviendo buscan ayuda psicoterapéutica porque les cuesta tomar decisiones en conjunto, que en sus familias de origen no eran sinónimo de problemas o discusiones.
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