¿Se han fijado que un deportista de alto rendimiento, por lo general no se lesiona? Eso tiene una sencilla respuesta: simplemente aquel deportista incluye el descanso dentro de sus exigencias deportivas. Puede sonar obvio, pero el esfuerzo sostenido es hermano de la reparación y la recuperación incluida. Si miramos nuestro sistema nervioso, nuestro pensamiento y razonar, como si fuera un músculo que lo ejercitamos y estiramos hasta el límite, debiéramos pensar que dicho músculo también requiere repararse y descansar, para así evitar un desgarro psíquico y/o emocional.
Tengamos entonces el hábito de descansar y distraernos, como parte de nuestras rutinas mentales. Incluye el disfrute en tu día a día y de fines de semanas. Respeta también tus horarios de descanso y tranquilidad. No porque nos llenemos de actividades intensas y sin límites, quiera decir que nos recuperamos mentalmente, quizás al revés, sólo terminamos agobiándonos y saturando nuestras percepciones y emociones.
Y lo más obvio de todo, considera siempre tomar unas buenas vacaciones, y no me refiero necesariamente a la intensidad y el exceso, me refiero a darte dos o tres semanas en donde puedas descansar mentalmente de tus rutinas laborales, en donde «no te conectes», y puedas distraerte en otro tipo de actividades entretenidas para ti. Sale a la naturaleza, apaga la tecnología diaria, y conéctate con quienes quieres y te quieren. Dale a tu cabeza un respiro de todas las preocupaciones y ocupaciones que tienes, y deja que se conecte con el disfrute de hacer cosas distintas y entretenidas que te hagan bien.
¡¡Felices vacaciones!!