Decía Marco Tulio Cicerón que «Tal vez la gratitud no sea la virtud más importante, pero sí es la madre de todas las demás”.
El agradecimiento es el sentimiento de gratitud que se experimenta normalmente como consecuencia de haber recibido de parte de alguien algo que se esperaba o que se necesitaba, de haber sido ayudado en alguna circunstancia difícil o en cualquier situación. Se entiende así que la gratitud consiste en apreciar los aspectos (no materialistas) de la vida y la voluntad de reconocer que los demás desempeñan un papel en nuestro bienestar emocional.
El místico y filósofo alemán, Meister Eckhart, advertía que: “Si la única oración que dices en toda tu vida es gracias, será suficiente”. Cuando experimentamos la gratitud, en nuestro cuerpo ocurre un fenómeno biológico, nuestro cerebro libera dopamina y serotonina, dos neurotransmisores que generan la sensación de bienestar y felicidad. Pero los efectos de practicar la gratitud no son inmediatos. La clave está en transformarlo en un hábito mental, que al realizarse diariamente fortalezca estas vías neuronales y generen una naturaleza positiva y agradecida de manera permanente.
Efectos de la Gratitud
- La gratitud mejora la salud física. Las personas agradecidas experimentan menos dolores y reportan sentirse más sanas que otras personas.
- Regula el estrés. Quienes experimentan gratitud reducen su nivel de cortisol (hormona del estrés)
- La gratitud mejora la salud psicológica. El agradecimiento reduce una multitud de emociones tóxicas, de envidia y resentimiento a frustración y arrepentimiento.
- La gratitud mejora la empatía y reduce la agresión. Las personas agradecidas son más propensas a comportarse de una manera prosocial, incluso cuando otros se comportan con menos amabilidad.
- La gente agradecida duerme mejor. El hipotálamo, área del cerebro encargada del sueño, se activa ante los actos simples de amabilidad; con lo que mientras más habitual es la gratitud, mejor es la calidad del dormir.
- La gratitud aumenta la fuerza mental. Durante años, la investigación ha demostrado que la gratitud no sólo reduce el estrés, sino que también puede desempeñar un papel importante en la superación del trauma. Un estudio de 2006 publicado en Behavior Research and Therapy encontró que los veteranos de la guerra de Vietnam con mayores niveles de gratitud experimentaron tasas más bajas de trastorno de estrés postraumático.
Al parecer hay algo en el agradecimiento que propulsa nuestro crecimiento personal, físico, psicológico y emocional y que sencillamente armoniza nuestra interacción con lo que nos rodea.
Empiece entonces a sentirse más agradecido y sea capaz de valorar las cosas buenas de su vida, tome conciencia de las cosas positivas que le ocurren, busque cuáles son, valórelas y agradézcalas.