Grandes músicos han dicho que la emoción que despierta una hermosa melodía es algo mágico e inspirador, que ocurre de forma misteriosa y profunda, y que nos hace vibrar a todos. Una hermosa música, ya sea melodía y/o armonía, esta siempre en el límite de la razón, en aquel momento en que dejamos de comprender y razonar para sólo comenzar a sentir y disfrutar. Está comprobado que la música provoca estado placenteros, pero lo que sucede cuando escuchamos una canción que nos conmueve es algo…. ¡¡único!!.
Como músico y psicólogo me atrevo a decir que la música es un factor poderoso de apoyo, un regalo que tenemos para afrontar situaciones tensas o angustiantes. Es nuestra terapia personal a la cual recurrir. Es muchas veces nuestro cable a tierra….
Si vemos nuestra historia nos daremos cuenta que hay himnos que nos identifican, y que cantamos con nuestros amigos, canciones íntimas que escuchamos cuando queremos sentirnos mejor, canciones que nos recuerdan una relación sentimental, o un lugar específico, canciones que nos hacen sentir motivados y llenos de optimismo, canciones que nos pueden robar hasta una lágrima, canciones que nos definen.
La música es un poderoso aliado en nuestras vidas, (y muchas veces también en la terapia), por lo que les aconsejo a todos una escucha activa de aquella música que les gusta. Seleccionen y archiven esas canciones que les haga sentir bien, que les de energía, o que los relajen y les permita olvidar por un instante el estrés. Ténganlas a mano, y cuando la vida se ponga difícil, por un momento regálense un tiempo de escucha, y verán que la perspectiva cambia, que las cosas tienen soluciones y que las preocupaciones se transforman durante un rato en tan sólo una hermosa melodía.
