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Los trastornos de pánico.

Las crisis de miedo o ataques de pánico son episodios inesperados de malestar intenso que duran algunos minutos: sensación de terror, catástrofe inminente, miedo a morir, a perder la razón o el control. Ahogo, mareos, sofocación, palpitaciones, temblor, sudoración, náuseas, sensación de deformación del cuerpo, adormecimiento, escalofríos, dolor o molestias al pecho.

Una complicación frecuente de esta crisis es el desarrollo de miedo anticipatorio o no poder hacer nada para evitar el miedo; o sea, el miedo al miedo.

Así, quien sufre este cuadro se torna reacio a estar solo en lugares públicos, lejos de la protección de la casa, donde podría recibir ayuda en el caso de que la crisis se produjera. Esta complicación se denomina agorafobia. La persona se impone una restricción para desplazarse, o bien, la necesidad de poder salir.

Las situaciones agorafóbicas más comunes son: encontrarse fuera de casa, en una multitud, hacer cola, pasar encima de un puente, viajar en microbús, tren o metro.

Esta enfermedad, en general, comienza después de los 20 años y si combina la crisis de pánico con agorafobia, es casi dos veces más frecuente en la mujer que en el hombre. Su prevalencia en la población general es cercana al 1%. En ella existe una cierta predisposición hereditaria; pero también influyen los conflictos de pérdida en la infancia, ya sea real, como la muerte o separación de los padres, o afectiva, cuando el niño no se siente querido; asimismo la pérdida repentina de apoyos sociales o interpersonales.

Por lo general, las crisis de pánico aparecen varias veces a la semana, pudiendo persistir por meses o años. La limitación que provoca en la vida social y laboral encuentra diferentes grados, y en muchas ocasiones, los pacientes consumen alcohol o tranquilizantes en un peligroso y vano intento por conseguir alivio.

Al comienzo las personas no logran comprender o se avergüenzan de contar lo que les ocurre, esto les lleva a sufrir un progresivo aislamiento, así como una disminución de la calidad de su vida que se expresa en no poder salir cuando se quiere, no ir al cine, inventar excusas para desechar invitaciones, etc.

Existen varios procedimientos para aliviar e incluso suprimir esta crisis de pánico con agorafobia. Ellos son diversas aproximaciones psicoterapéuticas que, combinados con fármacos triciclícos, inhibidores de la recaptación de serotonina (paroxetina, sertralina, etc.), medicamentos con acción sobre varios neurotransmisores (venlafaxina) y en algunos tipos benzodiazepinas específicas, consiguen respuestas muy favorables.

Más información se puede conseguir en la página web www.psiquiatriachile.cl

Pedro Retamal

Psiquiatra Adultos