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Suicidio en adolescentes

La conducta suicida y la muerte debida a ella son hace años una creciente preocupación a nivel mundial,  observándose un persistente  incremento de este fenómeno a lo largo del tiempo. Desde 2003 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que se trata de un problema de Salud Pública muy importante. En el mundo el Suicidio es la segunda causa de muerte en personas de  15 a 29 años; y en  Chile ha llegado a triplicarse en pocas décadas: desde 4,8 por 100.000 en 1992 a tasas de 12,7 por 100.000 habitantes en 2009. Actualmente se considera que la tasa promedio es de 10,2 por 100.000 habitantes.

Muchos adolescentes tienen ideas de suicidio y realizan intentos autolíticos. Aunque es imposible predecir en forma absoluta el alcance de estas conductas para un adolescente en particular, identificando situaciones de riesgo,  y generando espacios de intervención apropiados, con la participación de la comunidad que rodea a los jóvenes (familia, establecimientos educacionales, clubes deportivos, asociaciones juveniles, centros asistenciales, etc.) es posible otorgar un entorno de mayor protección y con capacidad de intervenir en el momento necesario.

Las conductas suicidas en adolescentes se definen como “la preocupación, intento o acto de intencionalmente causarse daño o la muerte a si mismo”.

En la Adolescencia el suicidio está relacionado también con características propias de esta etapa del desarrollo, como la tendencia al descontrol de impulsos, la baja tolerancia a la frustración y las actitudes de “todo o nada“. El fin último de una acción en contra de la propia vida NO es necesariamente terminar con ella, en muchas ocasiones se trata de una expresión de sufrimiento emocional intenso, como un llamado desesperado  para obtener ayuda. El percibirse a si mismo y a su situación como sin salida ni esperanza, genera el sentimiento general de “no ser capaz de estar vivo”.  

Se identifica en la historia de un adolescente en riesgo suicida las siguientes problemáticas:

  1. Infancia problemática
  2. Problemas propios de la edad como cambios corporales, preocupaciones por la sexualidad, enfrentamiento con nuevos desafíos de la vida social y exigencias escolares, que se suman a los problemas de la infancia .
  3. Ruptura brusca de relaciones interpersonales.

Entre los Factores de Riesgo se describen:

  • Trastornos psiquiatricos  (aparición de trastorno del ánimo como la depresión, trastorno psicóticos, abuso de sustancias )
  • Antecedentes de intentos de suicidio previo
  • Antecedentes Familiares de trastornos del ánimo y /o conducta suicida
  • Antecedentes de abuso físico o sexual
  • Exposición a la violencia
  • Factores biológicos (influencia  de los neurotransmisores  como la  serotonina en el cerebro)

Los Factores precipitantes incluyen:

  • Acceso a medios letales como armas de fuego
  • Uso de Alcohol y Drogas
  • Conductas suicidas y suicidio en el entorno cercano ( “contagio” por conducta suicida o suicidio de  compañeros, figuras públicas, familiares  )
  • Estrés psicosocial  y aislamiento
  • Factores emocionales y Cognitivos

¿Cuales son las Señales de alarma para sospechar riesgo de suicidio?

  • Ideación suicida activa: hablar sobre suicidio o amenazar con hacerse daño o con quitarse la vida; evaluar modos para autoeliminarse; hablar o escribir sobre la muerte, el morir o suicidarse.
  • Tampoco debe desestimarse la ideación pasiva como fantasías sobre la posibilidad de estar muerto o decir que desearía no haber nacido. Hablar de irse o desaparecer; decir que no necesitarán cosas en un tiempo cercano, o que ya no desean estar con personas.
  • Tener conductas problemáticas con el Alcohol y las drogas.
  • Falta de intereses y de sentido, dejar de interesarse en pasatiempos habituales o eventos.
  • Ansiedad: preocupación, miedo, agitación, cambios en patrón de sueño.
  • Desesperanza, verse triste y distante
  • Sentirse “sin salida”, atrapado
  • Retraimiento Social, alejándose de los amigos, la familia y la sociedad
  • Angustia
  • Imprudencia o actitud temeraria
  • Cambios de ánimo, problemas de concentración.

Algunos  adolescentes tienen más dificultades para expresar su sentimientos y buscar ayuda. Podrían ocultar su depresión o sus pensamientos suicidas, y simplemente distanciarse y presentar conductas de riesgo.

Es importante para los padres y cuidadores mantener un diálogo abierto y permanente con ellos, en un clima de respeto y comprensión. Hablar para conocer sus problemas y preocupaciones es el paso inicial para que comprendan que pueden recibir ayuda

Paulina Bassi

Psiquiatra Adultos y Adolescentes